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domingo, 27 de octubre de 2013

Los concursos de danza oriental

Hace tiempo que quería tocar este  tema, pero he preferido esperar a que se enfriara el interés por los mismos, ya que han generado una gran polémica por unas razones o por otras últimamente.
Tuve el honor de formar parte del jurado del Primer Concurso de Danza Oriental que se celebraba en España, organizado por mi alumna Farah Diva de Valladolid, en 2008, por lo que puedo hablar de los mismos sabiendo cómo funciona por dentro y por fuera un concurso de estas características.
Decía que algunos de estos concurso han sido muy polémicos, cuestionándose el resultado del mismo y poniendo en duda la imparcialidad del jurado.Evidentemente nunca llueve a gusto de todos y el veredicto del jurado no siempre coincide con el del público en el que suelen estar camuflados parientes o amigos de  las participantes, como no podía ser de otra manera.
Ante esto tengo que decir que salvo rarísimas excepciones, los miembros de cada uno de los jurados de los concursos celebrados en este país han sido personalidades con una trayectoria suficientemente reconocida así como un prestigio profesional  fuera de dudas., prestigio que obviamente no van a echar por tierra prestándose a trapicheos ni cosas semejantes que enturbien ni la transparencia del concurso en sí ni la honorabilidad de sus personas.
Otra cosa es que en algún concurso, como así ha ocurrido,alguna participante por suerte o por desgracia sea alumna de un miembro de jurado y al final resulta que sale ganadora.
-Claro, así cualquiera,si mi profesora es miembro del jurado tambien gano yo-se comentaba en las butacas del teatro donde se celebraba este concurso que acabo de mencionar.- Menudo tongo,las había muchísimo mejores.
Partiendo de la base de que los conceptos de mejor o peor son totalmente subjetivos,y que lo que sí puede suceder es que una profesora, como me puede suceder a mi, verá a su alumna mejor, aunque sólo sea porque ésta refleja el estilo particular de la escuela en la que aprende,.y esos son muchos puntos a favor, pero de ahí al tongo hay años luz.
No obstante para evitar tales suspicacias y sospechas lo mejor sería que las profesoras nos abstuviéramos de participar como jurado de concursos donde vayan a participar alumnas nuestras

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