Translate

sábado, 16 de noviembre de 2013

Las bailarinas como objeto decorativo

En los años 70 , muchos hogares españoles tenían la famosa figurita de bailarina de Lladró para decorar un rinconcito: monísimas.Hoy en día no parecen haber cambiado mucho las cosas.Hace poco me llamaron para contratar un show de unas 4 o 5 bailarinas para una fiesta privada,pero "nada de cadera amplias y que sean monas,ya sabe"
Perfectamente, si lo sabré bien,el evento en cuestión requiere de cuatro árboles de Navidad que se vean bien ,sean bonitos y decorativos,ah, y si saben bailar mejor.Qué lástima.Evidentemente en cuanto me dicen lo de "monas" ya sé de qué va  este evento, lo de menos es bailar.El público ni sabrá distinguir un camello de un ocho y sólo estará fijándose en la anatomía de la bailarina de turno,que ha de ser vistosa.
Hace años la más grande entre las grandes para mí de este país no pasó el casting para bailar en un restaurante árabe, quizá no era lo suficientemente ¿entretenida?


Queridos dueños de teterías o restaurantes de medio pelo: vosotros no necesitáis una bailarina,  necesitáis una chica que sepa moverse de una forma graciosa, sonría mucho, tenga buen tipito y trajes llamativos. Para este viaje no se necesitan alforjas

No hay comentarios:

Publicar un comentario