Que unos señores sesentones acaben como salidos de una sauna filandesa después de dos horas de esfuerzo y dejen para los bises sus mayores éxitos queriendo dar lo mejor de sí, actuando al 200 por cien es una muestra de generosidad tan grande que me ha dado mucho que pensar.
Nosotras bailarinas y profesoras somos artistas, y también nos debemos a nuestro público aunque sea en aforos pequeños y no seamos figuras tan reconocidas. La generosidad es una virtud que no debe escasear nunca porque además de artistas somos personas.
Y ahora tras ver a los Iron en una actuación que quedará registrada en los anales de la historia del metal em España ¿ cómo sigo ahora con mi vida? jjjj
Marisa Argüelles.
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